Empezamos con un clásico que no hace falta explicar: La paella de conejo. De todas las paellas de carnes, para mí, la mejor. Y no pueden faltar los caracoles (serranas).
Explico cómo se hace en mi casa: Después de lavarlos tres veces con sal y agua, los hervimos con romero y colamos ese caldo. Al caldo de la paella, añadimos parte del agua en la que han hervido los caracoles.
Otra cosa más, los garbanzos (qué buenos!). Muy típico del restaurante Nugolat y del camp de l'Helena.
Por último, os cuento mi truquillo: si me quedo corta de caldo, en vez de añadir agua añado vino blanco.
Ahí va la foto de la que hemos hecho mi tia y yo hoy mismo para comer. Espero que os gue os guste la pinta que tiene aunque la foto no le hace justicia.
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